viernes, 21 de febrero de 2014

Migración Campo - Ciudad en Chile.



No siempre nuestras ciudades han estado tan sobrepobladas como en la actualidad, por esto el fenómeno de la migración campo ciudad que comenzó en nuestro país a fines del siglo XIX y se vió acelerado a mediados del siglo XX trajo consigo una serie de rápidos cambios que modificaron el entorno, hábitos, oficios y problemáticas de nuestra sociedad

La evolución porcentual de la población rural versus la urbana se puede apreciar en el gráfico mostrado más abajo, en este se ve que en 1930 el país pasa a tener mayor cantidad de habitantes viviendo en centros urbanos que en el campo. Hoy en día solo un 13% de la población vive en el campo y el 40% habita en la capital.



La causa de este cambio no obedece solo a una decisión política, sino más bien a una necesidad económica de los dominadores del mundo que generaron una modificación en el modo de producción de las mercancías, el capitalismo comenzaba a avanzar por él mundo. Se comenzaron a procesar los recursos naturales no solo de forma manual por artesanos, sino que con maquinarias que lograban hacer el mismo trabajo que un grupo de agricultores en muchísimo menos tiempo lo que generó una desocupación creciente en el campo y la necesidad de mano de obra en las ciudades para manufacturar las nuevas mercancías industriales. 

En Chile comienza la migración a campamentos mineros de salitre y cobre principalmente, también a los puertos exportadores. Luego a comenzó la migración hacia las ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción ya que producto del aumento de las inversiones en el país y acompañado con la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), en 1939 por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda (Frente Popular) se inicia un ciclo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) que llevaría a necesitar mayor cantidad de trabajadores en las ciudades.

A las ciudades, campamentos mineros y puertos llegaban las oleadas de nuevos obreros en busca de trabajo, comenzaba así una crisis o colapso urbanístico, los centros urbanos experimentan un rápido aumento de su población, trayendo una serie de problemas como el déficit habitacional, el hacinamiento, formación de callampas o guetos en la periferia, problemas de salubridad (generando graves enfermedades y epidemias como el tifus, la peste bubónica, el cólera, la viruela, la fiebre tifoidea y la tuberculosis pulmonar, entre otras), aumento del alcoholismo, los quiebres de la familia, la prostitución, delincuencia e incluso inflación la cual hacía que los bajos salarios de los trabajadores no alcanzarán para cubrir las necesidades básicas de sus familias. Nace la llamada “cuestión social” por nuestros historiadores.

Una de las "soluciones" habitacionales más comunes en ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción fueron los famosos conventillos, casas de varias habitaciones, cada una para un grupo familiar, con comedores y servicios higiénicos comunes y de mala calidad. En 1912 existían oficialmente 2.022 conventillos donde habitaban 84.175 individuos. Otras soluciones fueron los ranchos y los cuartos redondos, estos últimos piezas que no contaban con luz ni ventilación.

Este problema no pudo ni ha logrado ser abordado de buena forma por los políticos, ya sea porque el drama fue muy grande o porque estaban más ocupados en resolver los problemas a los empresarios, así cuando a principios de siglo XX los trabajadores se organizaron para reclamar sus problemas, los gobiernos usaron al ejército para acallarlos apagando las huelgas con muertes y heridos, demostrando que no estaban muy preocupados por sus condiciones de vida y si por la mano de obra barata que habían obtenido con la desocupación en el mundo rural.

Las condiciones del proletariado o los trabajadores como se les llama hoy en día, llevaron a generar las primeras protestas, en 1903 los estibadores de Valparaíso realizan una huelga que termina con un saldo de 35 muertos por el Ejército de Chile. Dos años más tarde en Santiago se generan grandes huelgas y manifestaciones por el alza al precio de la carne que lamentablemente también termina con la muerte de 60 individuos. Algo más recordada es la matanza de la Escuela Santa María de Iquique el año 1907, donde se alojaron los trabajadores de las oficinas salitreras cercanas en manos de empresarios ingleses, además de sus esposas e hijos, los que fueron brutalmente atacados por “nuestro” Ejercito, mandatado por el Presidente de aquel entonces, Pedro Montt, siendo muertas más de 2.200 personas.

Con el pasar de los años los problemas de nuestras grandes ciudades enumerados más arriba no han sido solucionados del todo y en algunos casos se han agravado. La desigualdad y la pobreza de los sectores populares, sumados a nuevos problemas como el transporte y las drogas nos obligan a tomar las banderas de lucha y de una vez por todas construir una sociedad más justa e igualitaria, donde los derechos de la familia Luksic sean tan importantes como los de los González, los Soto o los Pérez. No podemos seguir viviendo separados y segregados entre cuicos y flaites; ricos y pobres, mientras a estos últimos solo se les considera como mano de obra barata que hace enriquecerse a los grandes conglomerados que realmente gobiernan el país. (Porque no me van a decir que los presidentes no son un simple títere de los poderosos).

A luchar por un país mejor y a liberarnos de la dictadura impuesta por el capital transnacional. 



Dejo estos tres links bibliográficos e interesantes: 

Además dejo el video "Migración Campo - Ciudad y los movimientos de las clases sociales en Santiago" de Katherine Díaz, María Paz Muñoz, Consuelo Mardones e Ivette Vergara:


 
 

martes, 18 de febrero de 2014

Declaración Pública. Ñuñoinas y Ñuñoinos por la Asamblea Constituyente.





Luego de cumplir con la tarea de marcar el voto en los meses de Noviembre y Diciembre  de 2013, es hora de agradecer y reconocer el trabajo realizado por todas y todos quienes de una u otra manera promovieron y participaron en la campaña ciudadana “Marca tu Voto”, en jornadas de trabajo que fueron de descubrimiento permanente de la generosidad humana, social y política de las vecinas y los vecinos de nuestra comuna.

El resultado final en nuestra comuna nuevamente reafirmó la exigencia de los ciudadanos y ciudadanas por una Asamblea Constituyente, alcanzándose el 14% de los votos marcados a nivel comunal.

Sin duda alguna hemos recuperado el legítimo lugar participativo de nuestras voces, más allá de lo “institucionalmente” acordado y convenido, pues nos interesa resolver temas como el rol del Estado ante la sociedad chilena diversa y plural, el tema de los derechos sociales y civiles, el derecho a una merecida y digna previsión social solidaria, el resguardo a una infancia felizmente acompañada, abogamos por un sistema educativo público de calidad y con acceso garantizado, resolver los temas de vivienda y calidad de vida urbanística en función del ser humano y sus grupos familiares, resguardar los recursos naturales y el medio ambiente en su complejidad y en consonancia con un desarrollo país sostenible, privilegiar el desarrollo científico técnico del país, autónomo de los dictados por la globalización del capital, el reconocimiento a vivir en este territorio a todos los pueblos y sus culturas en una sociedad inclusiva y tolerante.

El marco jurídico, administrativo y político existente no da cuenta de nuestras vidas diarias, es hora de resolver la contradicción entre los intereses de unos pocos frente a los del país y sus mayorías; la propuesta de hacer realidad un ejercicio democrático, inclusivo y participativo como una Asamblea Constituyente es una propuesta responsable a todas luces. En esta participan todos y todas, sin exclusión ni vetos, sin artimañas ni comisiones de expertos que excluyen las propuestas de quienes hacemos posible la existencia y porvenir de nuestro país.

Creemos que es necesario y fundamental pensar la continuidad del trabajo entorno a la Asamblea Constituyente y nos asiste la convicción que debemos enfrentar esta nueva etapa de manera de ser capaces de sostener, en el tiempo que sea necesario, el reclamo para hacer realidad esta demanda, buscar una identidad que exprese nuestra diversidad y al mismo tiempo construir un plan de acciones sociales y políticas que permitan la construcción de redes orientadas al Proceso Constituyente en nuestra Comuna.  


Saludos cordiales
Ñuñoa AC

miércoles, 5 de febrero de 2014

Diferencias entre la teoría tradicional y la teoría crítica o revolucionaria.



Esta es una segunda versión de un trabajo para el ramo Teoría Crítica de la carrera de Sociología. Luego de la lectura de un texto de Max Horkheimer (1895-1973) filósofo y sociólogo alemán, llamado del mismo nombre “Teoría Crítica” (1937) y después de varias clases donde costó para que nuestras mentes de alumnos (viene del latín sin luz, mejor decirle estudiantes) alienados pudiésemos comprender de buena forma la idea de una teoría crítica. Por último yo no estoy tan seguro de la validez científica de las cinco diferencias que quiero describir a continuación, pero de eso se trata y pienso que nos pueden servir en este año de cambios que nos anuncian los astros.

1.- En la teoría tradicional, quien la formula, considera al sujeto separado de los objetos, e incluso sobre ellos. Se muestra el objeto o la ciencia como algo que dado y que no fue creación humana, sino que se descubrió. Mientras en la teoría crítica o revolucionaria, como me gustaría decirle, los creadores actúan en una lógica de relación dialéctica entre el sujeto y el objeto, aquí el objeto o la ciencia son un producto del proceso histórico de la humanidad, además de las condiciones económicas y ambientales.

2.- Los científicos y académicos de hoy en día, plantean las teorías como verdades absolutas avaladas por el método científico, por lo que su validez es trascendental. Es deductivo y/o inductivo. En cambio, la nueva forma de crear “verdades” que necesitamos, es una manera crítica  de ver o repensar lo que nos rodea, buscando investigar sobre los elementos que dieron forma a una teoría, como por ejemplo el país del científico, quien financia esos estudios, pensamiento político; y generar desde la discusión y debate la verdad relativa que sirve para ese momento y en ese lugar, pero que no es una cosa inquebrantable.

3.- La teoría tradicional es positivista, es decir, conservadora en la aplicación de las ciencias neoliberales, intentando que estas que sean aplicadas como orden normativo en la sociedad. Por otro lado lo dialectico en la teoría critica es la negatividad como esencia, es decir, debatir con las teorías científicas dominantes para que en esta crítica se vaya construyendo las teorías más adecuadas. 

4.- Otra característica que diferencia a la teoría tradicional con la crítica es su permanente búsqueda por sistematizar, ordenar el entorno, reglamentar, casi como un modelo matemático que nos lleva a hacer grandes cosas sin siquiera pensar, solo basta con seguir las instrucciones. Pero la base de la nueva teoría se forma en la praxis cotidiana ejercida por todas las personas, así se van desarrollando diversas concepciones y técnicas particulares, sin la necesidad de que cada individuo desarrolle una teoría en particular y general.

5.- Por último quiero ponerme duro en los planteamientos, ya que claramente las teorías que nos entrega la modernidad son herramientas de dominación y explotación que con la instalación de verdades capitalistas y liberales en el ámbito de la economía entre otros. No asume los costos sociales que han generado estas nuevas formas de producción. En cambio la teoría crítica, espera no caer conceptos inamovibles donde una piedra colocada falsamente pueda servir para dar legitimación a modelos de pensamiento dominador y de esa forma romper con la “Jaula de Hierro” (término de Max Weber, otro sociólogo y gran pensador alemán).