lunes, 10 de noviembre de 2014

La hija, el padre, la solidaridad y la Teletón.

Un padre de familia viendo la televisión como todos los sábados, le dice a su hija que deben ser solidarios e ir al banco a entregar una ayuda en dinero a los niños minusválidos de Chile ya que se celebraba la Teletón. La niña esperando en la fila del banco junto a sus hermanos, le pregunta a su papá qué es ser solidario, este le responde que es cuando una persona se preocupa por los demás, sus causas y/o sus problemas.

Padre e hija, hacen entrega del dinero acordado por la familia para ayudar a la Teletón y se van para su casa muy contentos de ser solidarios con tantas familias de nuestro país con algún integrante minusválido. La niña pregunta si en Chile solo los minusválidos necesitan de nuestra solidaridad, a lo que el padre responde negativamente indicando por ejemplo que para el terremoto de Valparaíso donaron muchos alimentos no perecibles y que además a él le descuentan $5.000 pesos de su sueldo para dárselo a los niños huérfanos del país.

Ya en casa la niña pregunta a su padre como se les dice a las personas que no son solidarias y este le responde que esas son personas egoístas, que solo piensan en ellas, sin pensar en el dolor, las causas o problemas del otro. La niña quedo reflexionando de la suerte que ella tenía de estar en una familia solidaria y en un país tan solidario como Chile.

Al pasar el tiempo, un fin de semana en que la niña jugaba con sus hermanos y padres en el hermoso patio de su casa, la niña le dice a su padre si podían ir a donar dinero para alguna institución benéfica del país, pero este le dice que los bancos están cerrados durante el fin de semana y además están jugando muy entretenidos mientras el ve una película con su mamá. La niña le pregunta a su padre cuando está abierto el banco ya que ella quiere ser una mujer solidaria y no egoísta. Es aquí cuando el padre le explica que donar dinero no es la única manera de ser solidario, sino que también se puede ser solidario compartiendo con los familiares, personas que estén solos o gente que esté viviendo problemas de salud. La niña consulta si pueden ir, mientras el banco está cerrado, a compartir con niños minusválidos u otros que necesiten de su solidaridad. El padre responde que está cansado para salir este fin de semana, pero que tal vez más adelante podrían hacerse voluntarios de alguna ONG como el Hogar de Cristo para compartir con mendigos o pobres sin casa que necesiten solidaridad. La niña se queda pensando y luego vuelve a jugar con sus hermanos para así, ser solidaria con ellos.

Al pasar la semana, la niña le dice que cuando pueden ir a depositar plata al banco ya que en la semana trato de ser solidaria con sus amigas y amigos de su escuela, pero siente que le falta la parte de dar plata. El padre le dice que están llegando a fin de mes y él debe preocuparse primero de su familia que de otros, a lo que la hija enojada se va a su pieza gritándole que era un EGOISTA!!!

Que falta de respeto, pensó el papá y fue a hablar con su hija que estaba llorando en su cama y le pregunta porque está tan triste, le ofrece ir a donar algunos pesos al banco o ir a las caletas del rio Mapocho a entregar desayunos, la niña lo mira y le dice seriamente que eso no apagaría su pena, ya que después de conocer la palabra solidaridad y ver como todo Chile lo era, incluso nuestra familia, se ha dado cuenta que la verdad es que su papá es un egoísta y que casi todos lo somos, ya que no se explica cómo tanta gente necesita solidaridad, pero solo ese espíritu se vive una vez al año, para luego dejarlo guardado en el cajón del olvido.


Ahora fue su padre el que quedo pensando y descubrió que la opinión de su hija y de los niños en general se debería tomar en cuenta, en una sociedad que no los escucha y tampoco solidariza con ellos.


Hernán Ocáriz Díaz
Noviembre 2014

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